
Su capacidad para resistir esa galleta tentadora depende de qué tan grande la perciba como una amenaza, según un nuevo estudio en el Journal of Consumer Research.
Los autores Ying Zhang, Szu-Chi Huang y Susan M. Broniarczyk (todos de la Universidad de Texas en Austin) estudiaron técnicas que nos permiten resistir la comida y otras tentaciones. "Cuatro experimentos muestran que cuando los consumidores se encuentran con tentaciones que entran en conflicto con sus objetivos a largo plazo, un mecanismo de autocontrol es exagerar la negatividad de la tentación como una forma de resistir, un proceso que llamamos interpretación contraria", escriben los investigadores.
Por ejemplo, en un estudio, se pidió a las mujeres participantes que calcularan las calorías de una galleta. A la mitad de los participantes se les dijo que tenían la opción de recibir la galleta como regalo de cortesía por su participación y a la otra mitad no. Los resultados mostraron que los consumidores con un fuerte objetivo de dieta interpretaron que la galleta tenía más calorías y era más dañina para lograr su objetivo a largo plazo de perder peso.
Otro estudio demostró que la interpretación neutralizadora es útil en situaciones que implican un conflicto de autocontrol. En un estudio de 93 estudiantes universitarios, los investigadores encontraron que los estudiantes con un promedio de calificaciones alto eran más propensos que otros participantes a estimar que una próxima fiesta duraría más y les quitaría más tiempo para estudiar. En consecuencia, esos estudiantes informaron una menor intención de asistir a la fiesta, pero solo cuando su meta académica se destacó.
Los autores también descubrieron que los estímulos ambientales, como los carteles, podrían activar sutilmente los objetivos dietéticos a largo plazo de las personas y llevarlas a participar en una interpretación contraria. En un estudio, las participantes ingresaron a una habitación que tenía carteles que mostraban modelos en forma o paisajes naturales. "Los participantes que estuvieron expuestos a carteles que mostraban modelos en forma (estímulos de preparación de objetivos) tenían más probabilidades de exagerar las calorías en una bebida tentadora que esperaban consumir más adelante y, en consecuencia, consumieron menos cuando se les ofreció la bebida", escriben los autores.
"La interpretación mental de las tentaciones puede distorsionarse cuando las personas experimentan un conflicto de autocontrol, y dicha interpretación distorsionada, en lugar de representaciones precisas, determina el consumo real de los consumidores, ayudándolos a resistir la tentación y a mantener sus beneficios a largo plazo. objetivo ", concluyen los autores.