
Beber más café (regular o descafeinado) o té parece reducir el riesgo de desarrollar diabetes tipo 2, según un análisis de estudios previos publicado en la edición del 14 al 28 de diciembre de Archives of Internal Medicine, JAMA.
Para el año 2025, aproximadamente 380 millones de personas en todo el mundo se verán afectadas por la diabetes tipo 2.
A pesar de la considerable atención de la investigación, el papel de los factores dietéticos y del estilo de vida específicos sigue siendo incierto, aunque se ha informado sistemáticamente que la obesidad y la inactividad física aumentan el riesgo de diabetes mellitus. Un metanálisis publicado anteriormente sugirió que beber más café puede estar relacionado con un riesgo reducido, pero la cantidad de información disponible se ha más que duplicado desde entonces.
Rachel Huxley, D. Phil, del Instituto George para la Salud Internacional de la Universidad de Sydney, Australia, y sus colegas identificaron 18 estudios con 457 922 participantes y que evaluaron la asociación entre el consumo de café y el riesgo de diabetes publicados entre 1966 y 2009.
Seis estudios con 225.516 personas también incluyeron información sobre el café descafeinado, mientras que siete estudios con 286.701 participantes informaron sobre el consumo de té.
Cuando los autores combinaron y analizaron los datos, descubrieron que cada taza adicional de café consumida en un día estaba asociada con una reducción del 7 % en el exceso de riesgo de diabetes.
Las personas que bebían de tres a cuatro tazas al día tenían un riesgo aproximadamente un 25 % menor que las que bebían entre cero y dos tazas al día.
Además, en los estudios que evaluaron el consumo de café descafeinado, quienes bebían más de tres o cuatro tazas al día tenían un riesgo un tercio menor de diabetes que quienes no bebían nada. Aquellos que bebieron más de tres o cuatro tazas de té tenían un riesgo un quinto menor que aquellos que no bebieron té.
Que el aparente efecto protector del consumo de té y café parezca ser independiente de una serie de posibles variables de confusión plantea la posibilidad de efectos biológicos directos, escriben los autores. Debido a la asociación entre el café descafeinado y el riesgo de diabetes, es poco probable que la asociación esté únicamente relacionada con la cafeína. Otros compuestos en el café y el té, como el magnesio, los antioxidantes conocidos como lignanos o ácidos clorogénicos, pueden estar involucrados, señalan los autores.
Si se observara que tales efectos beneficiosos en ensayos de intervención son reales, las implicaciones para los millones de personas que tienen diabetes mellitus, o que están en riesgo futuro de desarrollarla, serían sustanciales, concluyen. Por ejemplo, la identificación de los componentes activos de estas bebidas podría abrir nuevas opciones terapéuticas para la prevención primaria de la diabetes mellitus. Los hallazgos también plantean la cuestión de si a los pacientes con mayor riesgo de diabetes mellitus se les puede recomendar en el futuro que aumenten su consumo de té y café además de aumentar sus niveles de actividad física.
El vocero de la Sociedad Europea de Cardiología, el profesor Lars Rydén (Suecia), especialista en diabetes, dio el siguiente consejo: "Este es un metanálisis realizado con cautela y cuidado, lo que significa que los autores han realizado estudios cuidadosamente, aunque cada son demasiado pequeños para dar una respuesta a la pregunta, aunque indican una correlación positiva entre el consumo de café y una disminución de la incidencia de diabetes. Entonces, el principio es que si toma café, ya sea descafeinado o no, tiene menos posibilidades de desarrollar diabetes Los datos se han fortalecido al reunir varios estudios.
A veces se afirma que el café puede hacer daño, que puede aumentar la propensión a las enfermedades cardiovasculares, pero no hay pruebas de ello. El mensaje es que la gente puede beber café de forma segura. Desde este punto de vista, el café puede ser beneficioso, además de reducir el riesgo de contraer diabetes, aunque la reducción es pequeña (alrededor del 7%)."
Sin embargo, el profesor Rydén advierte que los cambios en el estilo de vida superan con creces la ingesta regular de café.
"El café ayuda, pero otras cosas son aún más importantes. Las personas con sobrepeso deben reducir su peso corporal entre un 5 y un 10 %, no demasiado, e incluir actividad física, como caminar a paso ligero durante 30 minutos al día. Entonces aquellas personas que están en riesgo de desarrollar diabetes reducirán este riesgo en un 40-50%.
Es interesante considerar por qué una bebida como el café tiene un efecto beneficioso. Obviamente no es la cafeína ya que el café descafeinado tiene la misma eficacia que el café con cafeína. El café puede contener antioxidantes, pero los estudios no han medido la cantidad de sustancias químicas en la sangre, lo cual es importante".
Dra. Huxley cuenta con el apoyo de un Premio al Desarrollo Profesional de la Fundación Nacional del Corazón de Australia. Este trabajo fue apoyado además por una subvención del Consejo Nacional de Investigación Médica y de Salud de Australia; una beca de desarrollo de carrera de investigación del Wellcome Trust del Reino Unido; y una beca de investigación del Institut Servier, Francia y Assistance Publique-Hopitaux de Paris.