
Los psicólogos informan en la revista Science que las interacciones interpersonales pueden moldearse, profunda pero inconscientemente, por los atributos físicos de los objetos incidentales: los currículos revisados en un portapapeles pesado se consideran más sustantivos, mientras que un negociador sentado en un suave Es menos probable que la silla impulse una negociación difícil.
La investigación fue realizada por psicólogos de la Universidad de Harvard, el Instituto de Tecnología de Massachusetts y la Universidad de Yale. Los autores dicen que el trabajo sugiere que el contacto físico, el primero de nuestros sentidos en desarrollarse, puede continuar a lo largo de la vida como un andamio sobre el cual construimos nuestros juicios y decisiones sociales.
"El tacto sigue siendo quizás el sentido menos apreciado en la investigación del comportamiento", dice el coautor Christopher C. Nocera, estudiante graduado en el Departamento de Psicología de Harvard. "Nuestro trabajo sugiere que los saludos que involucran el tacto, como apretones de manos y besos en la mejilla, de hecho pueden tener influencias críticas en nuestras interacciones sociales, de manera inconsciente".
Nocera realizó la investigación con Joshua M. Ackerman, profesor asistente de marketing en la Sloan School of Management del MIT, y John A. Bargh, profesor de psicología en Yale.
"Las primeras impresiones pueden verse influenciadas por el entorno táctil, y el control sobre este entorno puede ser especialmente importante para los negociadores, encuestadores, buscadores de empleo y otras personas interesadas en la comunicación interpersonal", escriben los autores en Science. "El uso de 'tácticas táctiles' puede representar una nueva frontera en la comunicación y la influencia social".
Los investigadores realizaron una serie de experimentos para probar cómo el peso, la textura y la dureza de los objetos pueden influir inconscientemente en los juicios sobre eventos y situaciones no relacionados:
- Para probar los efectos del peso, asociado metafóricamente con la seriedad y la importancia, los sujetos utilizaron portapapeles livianos o pesados al evaluar los currículos. Consideraron a los candidatos cuyos currículums aparecían en un portapapeles pesado como mejor calificados y más serios para el puesto, y calificaron su propia precisión en la tarea como más importante.
- Un experimento que probó los efectos de la textura hizo que los participantes colocaran piezas de rompecabezas ásperas o lisas antes de escuchar una historia sobre una interacción social. Aquellos que trabajaron con el acertijo preliminar fueron más propensos a describir la interacción en la historia como descoordinada y dura.
- En una prueba de dureza, los sujetos manipularon una manta suave o un bloque de madera dura antes de que se les contara una historia ambigua sobre una interacción en el lugar de trabajo entre un supervisor y un empleado. Quienes tocaron el bloque juzgaron al empleado como más rígido y estricto.
- Un segundo experimento de dureza mostró que incluso el tacto pasivo puede dar forma a las interacciones, ya que los sujetos sentados en sillas duras o blandas participan en regateos simulados sobre el precio de un coche nuevo. Los sujetos en sillas duras eran menos flexibles y mostraban menos movimiento entre ofertas sucesivas. También juzgaron a su adversario en las negociaciones como más estable y menos emocional.
Nocera y sus colegas dicen que estos experimentos sugieren que la información adquirida a través del tacto ejerce una influencia amplia, aunque generalmente imperceptible, sobre la cognición. Proponen que los encuentros con objetos pueden provocar una "mentalidad háptica", desencadenando la aplicación de conceptos asociados incluso a personas y situaciones no relacionadas.
"La gente a menudo asume que la exploración de cosas nuevas ocurre principalmente a través de los ojos", dice Nocera. "Si bien el poder informativo de la visión es irrefutable, esta no es toda la historia. Por ejemplo, la reacción típica ante un objeto desconocido suele ser la siguiente: con el brazo extendido y la mano abierta, preguntamos: '¿Puedo ver eso? ' Esta respuesta sugiere que la investigación no se limita a la visión, sino a la suma integradora de ver, sentir, tocar y manipular el objeto desconocido."
Nocera dice que debido a que el tacto parece ser el primer sentido que usamos para experimentar el mundo, por ejemplo, equiparando el toque cálido y suave de nuestra madre con la comodidad y la seguridad, puede proporcionar parte de la base por la cual la abstracción metafórica permite el desarrollo de una comprensión más compleja de la comodidad y la seguridad. Esta abstracción de físico a mental se refleja en metáforas y descriptores lingüísticos compartidos, como los múltiples significados de palabras como "duro", "áspero" y "pesado".
El trabajo de Nocera, Ackerman y Bargh fue apoyado por la Sloan School of Management del MIT y por el Instituto Nacional de Salud Mental.