
¿Por qué solo algunos usuarios de drogas se vuelven adictos? Esta es la pregunta que han abordado los equipos de Pier Vincenzo Piazza y Olivier Manzoni, en el Neurocentre Magendie de Burdeos (Inserm unit 862). Estos investigadores acaban de descubrir que la transición a la adicción podría resultar de un deterioro persistente de la plasticidad sináptica en una estructura clave del cerebro. Esta es la primera demostración de que existe una correlación entre la plasticidad sináptica y la transición a la adicción.
Los resultados de los equipos del Neurocentre Magendie cuestionan la idea hasta ahora sostenida de que la adicción resulta de modificaciones cerebrales patológicas que se desarrollan gradualmente con el uso de drogas. Sus resultados muestran que la adicción puede, en cambio, provenir de una forma de anaplasticidad, es decir, de la incapacidad de los individuos adictos para contrarrestar las modificaciones patológicas causadas por la droga a todos los usuarios.
Esta investigación se publica en la revista Science el 25 de junio de 2010.
El consumo voluntario de drogas es un comportamiento que se encuentra en muchas especies animales. Sin embargo, durante mucho tiempo se había considerado que la adicción, definida como el consumo compulsivo y patológico de drogas, es un comportamiento propio de la especie humana y su estructura social. En 2004, el equipo de Pier Vincenzo Piazza demostró que los comportamientos que definen la adicción en humanos, también aparecen en algunas ratas que se autoadministran cocaína. La adicción exhibe asombrosas similitudes en los hombres y los roedores, en particular el hecho de que solo un pequeño número de consumidores (humanos o roedores) desarrollan una adicción a las drogas. El estudio del comportamiento drogodependiente en este modelo de mamífero abrió así el camino al estudio de la biología de la adicción.
Ahora, los equipos de Pier Vincenzo Piazza y Olivier Manzoni informan sobre el descubrimiento de los primeros mecanismos biológicos conocidos para la transición del consumo regular pero controlado de drogas a una adicción genuina a la cocaína, caracterizada por una pérdida de control sobre el consumo de drogas.
La exposición crónica a las drogas provoca muchas modificaciones en la fisiología del cerebro. ¿Cuál de estas modificaciones es responsable del desarrollo de una adicción? Esta es la pregunta que los investigadores querían responder para identificar posibles enfoques terapéuticos para un trastorno para el cual los tratamientos son cruelmente escasos.
El modelo de adicción desarrollado en Burdeos proporciona una herramienta única para responder a esta pregunta. Así permite comparar animales que tomaron cantidades idénticas de drogas, pero de las cuales solo unos pocos se vuelven adictos. Al comparar animales adictos y no adictos en varios momentos de su historial de consumo de drogas, los equipos de Pier Vincenzo Piazza y Olivier Manzoni han demostrado que los animales que desarrollaron una adicción a la cocaína exhiben una pérdida permanente de la capacidad de producir una forma de plasticidad conocida como depresión a largo plazo (o LTD). LTD se refiere a la capacidad de las sinapsis (la región de comunicación entre las neuronas) para reducir su actividad bajo el efecto de ciertos estímulos. Desempeña un papel importante en la capacidad de desarrollar nuevos rastros de memoria y, en consecuencia, demostrar un comportamiento flexible.
Después del uso de cocaína a corto plazo, LTD no se modifica. Sin embargo, después de un uso más prolongado, aparece un déficit de LTD significativo en todos los usuarios. Sin esta forma de plasticidad, que permite que se produzcan nuevos aprendizajes, el comportamiento con respecto a la droga se torna cada vez más rígido, abriendo la puerta al desarrollo de un consumo compulsivo. El cerebro de la mayoría de los usuarios es capaz de producir las adaptaciones biológicas que permiten contrarrestar los efectos de la droga y recuperar una LTD normal. Por el contrario, la anaplasticidad (o f alta de plasticidad) que presentan los adictos los deja sin defensas y, por tanto, el déficit de LTD provocado por la droga se cronifica. Esta ausencia permanente de plasticidad sináptica explicaría por qué el comportamiento de búsqueda de drogas se vuelve resistente a las limitaciones ambientales (dificultad para obtener la sustancia, consecuencias adversas de tomar la droga en la salud, la vida social, etc.) y, en consecuencia, cada vez más compulsiva. Gradualmente, se pierde el control de la toma de la droga y aparece la adicción.
Para Pier-Vincenzo Piazza y sus colaboradores, estos descubrimientos también tienen implicaciones importantes para el desarrollo de nuevos tratamientos para la adicción. “Probablemente no vamos a encontrar nuevas terapias tratando de entender las modificaciones que provoca una droga en el cerebro de los drogadictos”, explican los investigadores, “ya que su cerebro es anaplásico”. Para los autores, "los resultados de este trabajo muestran que es en el cerebro de los usuarios no adictos donde probablemente encontraremos la clave de una verdadera terapia contra la adicción. De hecho", estiman los autores, "comprender los mecanismos biológicos que permiten adaptación a la droga y que ayuden al usuario a mantener un consumo controlado podría proporcionarnos las herramientas para combatir el estado anaplásico que lleva a la adicción.”