Recuperación de la vista en ratones afectados por retinosis pigmentaria

Recuperación de la vista en ratones afectados por retinosis pigmentaria
Recuperación de la vista en ratones afectados por retinosis pigmentaria
Anonim

Investigadores suizos del Instituto Friedrich Miescher, en colaboración con investigadores del Inserm del CNRS y de la UPMC en el Institut de la Vision, acaban de devolver la vista a ratones afectados por retinosis pigmentaria. Los resultados han sido confirmados ex-vivo, en cultivos de tejidos humanos. Gracias a un enfoque clínico complementario, el equipo dirigido por Jose-Alain Sahel (Institut de la Vision/Centre d'Investigation Clinique) ha determinado ahora los tipos de pacientes que podrían beneficiarse de esta terapia.

La retinosis pigmentaria afecta a más de un millón de personas en todo el mundo y se manifiesta por una pérdida progresiva de la vista, que finalmente conduce a la ceguera. La retinitis pigmentosa es una forma de degeneración retiniana hereditaria que afecta a las células sensibles a la luz: los fotorreceptores. Los fotorreceptores son un tipo especial de neuronas que convierten la luz en impulsos nerviosos. Estos impulsos luego son procesados por la retina y transmitidos a lo largo de las fibras nerviosas al cerebro. Hay dos tipos de fotorreceptores: bastones y conos.

A medida que avanza la enfermedad, conduce inicialmente a la degeneración de los bastones que son responsables de la visión nocturna. Entonces los conos, que son los responsables de la visión diurna, se ven afectados. Mientras que los bastones se destruyen, los conos sobreviven en el organismo durante períodos prolongados, incluso después de la aparición de la ceguera, ya que dejan de funcionar. Esto inspiró a los investigadores del Instituto Friedrich Miescher (FMI) y del Institut de la Vision a desarrollar una terapia genética para restaurar la función visual de los conos que estaban defectuosos (inactivos) pero permanecieron presentes.

Recreación de un sistema fotoeléctrico biológico

En la etapa de la enfermedad en la que han intervenido los investigadores, aunque los conos defectuosos ya no poseen la capacidad de responder a un estímulo luminoso (función de fotorrecepción), aún conservan algunas propiedades eléctricas y sus conexiones con las neuronas de la retina interna que normalmente transmiten información visual al cerebro. Por lo tanto, pueden activarse artificialmente. Un trabajo anterior, realizado por el mismo equipo bajo la dirección de Botond Roska (FMI), había demostrado que los canales iónicos sensibles a la luz, identificados por el equipo de Ernst Bamberg (Instituto Max Planck, Frankfurt), tenían la capacidad de modular la actividad eléctrica. de varias neuronas en las que se habían introducido, en respuesta al nivel de luz.

Al combinar estas dos observaciones, los investigadores han logrado reactivar los conos y, por lo tanto, permitir la reestimulación de los canales de transmisión ON/OFF de los ratones. Para conseguirlo, han introducido una proteína, a través de un vector de terapia genética, que es capaz de acoplar la estimulación luminosa al transporte iónico, reintroduciendo así la cascada de fototransducción necesaria para la visión. Por lo tanto, los investigadores han recreado un auténtico sistema fotoeléctrico biológico.

Estos resultados son muy prometedores, especialmente porque han sido confirmados por Serge Picaud e investigadores del Institut de la Vision utilizando retina humana en cultivos y vectores terapéuticos para los que ya se ha demostrado la compatibilidad humana. La proteína fotosensible puede expresarse en fotorreceptores conos humanos a los que confiere una nueva sensibilidad a la luz.

"Integramos el enfoque clínico tan pronto como obtuvimos los primeros resultados fundamentales de este trabajo. Así, en el centro de referencia nacional de enfermedades raras de la retina, gracias a técnicas no invasivas de imagen retiniana de alta resolución, ahora podemos apuntar a pacientes a los que se les podría aplicar esta terapia”, explica José Alain Sahel, quien señala que la transición del ratón al hombre conlleva siempre muchas incertidumbres. "Los resultados son también muy complementarios a la investigación que ha llevado a cabo en el Instituto y el CIC el equipo de Serge Picaud, que pretende probar y mejorar una retina artificial, así como nuestra investigación sobre la proteína RdCVF que protege la actividad de conos"

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